Visitas ♥

miércoles, 25 de julio de 2012

Es increíble como nos hacemos daño a nosotros mismos. Nos empeñamos en pensar que la felicidad es conseguir algo difícil, tenerle a él, por ejemplo. No lo notamos, pero poco a poco nos vamos obsesionando por conseguir nuestro objetivo, llegamos a pensar que ese es nuestro único medio de llegar a ser felices. Pero en vez de avanzar y estar más contentos, retrocedemos y cada vez nos vamos hundiendo más al ver que las cosas no salen como las planeamos en un principio. Yo me marqué ese objetivo para llegar a ser feliz: Tenerle. Sin embargo, no soy estúpida y sé que pase lo que pase voy a salir perdiendo: Si no le consigo, me hundiré, y si le consigo, despertaré de mi mundo de fantasía y veré que no me iba a traer la felicidad. ¿Lo malo? Que aunque sé que voy a perder, no puedo parar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario